‘Era un todo contra Sánchez’ y acabó siendo un ‘todos con Sánchez’: la cumbre de presidentes por dentro
La reunión acabó con un largo aplauso que subió la autoestima, más si cabe, a un Pedro Sánchez que pensaba salir trasquilado
Sánchez anuncia a los presidentes autonómicos la llegada de 3,4 millones de vacunas de Pfizer en agosto
Aplausos al Rey y a Ayuso a su llegada a la Conferencia de Presidentes y gritos de «¡traidor!» a Sánchez
Baño de masas de Ayuso horas antes de la cita con Sánchez en Salamanca
Los barones socialistas liderarán la pugna contra Sánchez en la conferencia de presidentes
Llegaban todos con muchas exigencias y sólo les faltó cogerse de las manos al son del Amigos para Siempre de Los Manolos, hacer la conga y acabarse fundiendo en un abrazo, comentando lo que se estaba perdiendo Pere Aragonès por no acudir a la cita. Porque para las expectativas que habían creado, que como poco Pedro Sánchez pensaba que saldría trasquilado, todo acabó en un aplauso unánime al que se sumaron todos los presidentes autonómicos. También los del PP. Incluso Isabel Díaz Ayuso, aunque según reconoció ella misma, «no mucho, porque tenía carpetas en la mano».
Desde Ayuso hasta el socialista Ximo Puig, antes del inicio de la reunión, el tono utilizado en los últimos días para referirse a la 24 Conferencia de Presidentes no era el más institucional que una cita de estas características requiere. Pero una vez en el interior, alrededor de la mesa, todos se fueron empequeñeciendo. Ayuso fue de las pocas que mantuvo el tono fuera y dentro. Como los socialistas Emiliano García-Page y Javier Lambán, que ni le ríen las gracias a Sánchez ni le deben nada. Más bien pasan de él. La sorpresa para el presidente fue Iñigo Urkullu. Pese a lograr más dinero, lo único que le interesa al Gobierno vasco, se presentó a la reunión pidiendo más y más. Incluso otro estado de alarma, pidió en otras palabras.
Ya sin Iván Redondo, que en estos casos tenía siempre una respuesta para todo, Sánchez tiró de soluciones prácticas para desactivar a sus adversarios, que este viernes eran prácticamente todos a excepción del asturiano Adrián Barbón (que espera su cargo en Madrid algún día), el extremeño Guillermo Fernández Vara, el valenciano Ximo Puig, la riojana Concha Andreu y la navarra María Chivite. Si hubieran podido le hubiesen gritado eso que tanto le gusta de ‘hot president’. El jefe del Ejecutivo, sabiendo las cartas que jugarían todos los asistentes, anunció antes del inicio de la reunión que les daría más vacunas. El acuerdo se firmó este jueves y se lo guardó en una caja fuerte hasta hoy. Ya dentro, al inicio de su intervención, les complació asegurando que podrían decidir sobre el 55% de los 19.000 millones que España recibirá de Europa en los próximos meses. Una promesa, por eso, que los del PP no se creen. Será que no se habrán leído su balance del mandato, titulado ‘cumpliendo’…
El presidente abandonó Salamanca más fuerte de lo que llegó. Sí, tuvo críticas por el trato de favor y privilegio que dispensa a Cataluña y el País Vasco, aunque algunos de sus barones defiendan que no se trata de eso, que es algo normal. Pero esas críticas le resbalan. Como las de Emiliano García-Page, que sin pelos en la lengua, en su comparecencia aseguró que «a mí que el presidente del Gobierno hable con alguien me parece bien, pero que decidan algo al margen de la Constitución, no». El barón castellanomanchego le espetó a Sánchez que «no estaría mal que en la conversación bilateral del lunes con Aragonès vean la mejor forma de traer a Puigdemont en tren, en coche o en avión». Page también le dejó un recado a su líder a cuenta de sus socios antes de volverse a Toledo: «Si creo que Podemos nos hace daño o nos resta confianza, pues lo digo, es mi opinión».
Confiando en sus ministras de Política Territorial y Hacienda, las dos encargadas a partir del lunes de dar respuesta a todo lo que se ha tratado en la cumbre de Salamanca, Pedro Sánchez sólo piensa ya en sus vacaciones. Tal es así que, como reveló OKDIARIO, ha obligado al Rey a avanzar el tradicional despacho veraniego para instalarse tres semanas en Lanzarote, alejado de los focos y con extremas medidas de seguridad para que nadie le cace en bañador. Superman, por muy fuerte que sea o se crea, también necesita un descanso…